Debido al potencial de estrés extremo que conllevan las competencias de distancia, es vital que sean controladas por jueces veterinarios con experiencia en esta actividad deportiva en particular. Su palabra es definitiva en todos los asuntos relacionados con la seguridad y el bienestar del caballo. La principal responsabilidad del juez de control es mantener los riesgos dentro de límites razonables. También sirven como consejeros y asesores para los jinetes, ayudándolos a obtener el mejor rendimiento de sus caballos en un día determinado y al mismo tiempo educándolos sobre cómo mejorar los esfuerzos futuros de manera segura.

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Las revisiones veterinarias previas, durante y post competencia son minuciosas. Los veterinarios revisan un total de 13 puntos específicos asignándoles calificaciones. Si el veterinario juzga que el caballo no está en condiciones de continuar, el binomio es descalificado en ese momento. Las decisiones de los jueces son definitivas.